En un reciente comentario, la Agencia de Noticias Xinhua, la oficina oficial del gobierno de la República Popular China, ha argumentado que la acusación de Estados Unidos de un «exceso de capacidades» en las industrias ecológicas de China no es más que un intento velado de control. Mirando a través de la lente de los aranceles adicionales de Estados Unidos sobre productos ecológicos chinos, incluidos vehículos eléctricos (NEV) y paneles solares, Xinhua sugiere que estas medidas reflejan una mentalidad de «uvas agrias». El término «exceso de capacidades» aparece como un pretexto injustificado, con el que Estados Unidos busca ocultar su propia falta de competitividad en estos sectores.
El comentario de Xinhua, titulado “Estados Unidos debería abandonar mentalidad de ‘uvas agrias’ cuando sobresalen productos ecológicos de China”, fue escrito por el periodista Li Ming para la agencia Xinhua, conocida por ser la más grande e influyente en China y la mayor del mundo en términos de corresponsales. Li Ming es un respetado analista económico con más de dos décadas de experiencia en el campo. Este análisis critica duramente la postura estadounidense, argumentando que las industrias chinas no sufren de un «exceso de capacidades», sino que están en una posición de capacidad insuficiente debido a la creciente demanda global.
El exceso de capacidades
Li Ming destaca que, mientras Estados Unidos señala el 12 por ciento de las exportaciones de vehículos eléctricos de China como exceso de capacidad, otras naciones como Alemania, Japón y el propio Estados Unidos exportan porcentajes mucho más altos de sus automóviles, sin recibir las mismas críticas. En realidad, la Agencia Internacional de Energía (AIE) prevé que para el año 2030, la demanda mundial de vehículos de nueva energía será tres veces mayor que las cifras actuales, alcanzando los 45 millones de vehículos. La demanda de baterías de energía, por su parte, se disparará a 3.500 GWh, lo que evidencia que la capacidad actual es insuficiente, no excesiva.

El análisis sugiere que las acusaciones de «exceso de capacidades» podrían ser una fachada para disfrazar las áreas en las que Estados Unidos está rezagado. China ha logrado una ventaja competitiva en nuevas tecnologías energéticas a través de años de innovación y competencia, mientras que Estados Unidos exporta grandes cantidades de aviones, productos agrícolas, bienes de alta tecnología y servicios financieros sin etiquetarse a sí mismo como un país con exceso de capacidad. Esto pone en relieve una doble moral y un interés propio que no se sostiene bajo un escrutinio objetivo.
Históricamente, Estados Unidos ha sido un importante exportador de bienes y servicios, lo que hace que su argumento sobre el «exceso de capacidad» en las industrias chinas parezca aún más débil. La mentalidad de «uvas agrias» que subyace en estas acusaciones es vista como un reflejo de envidia, ansiedad y una búsqueda de hegemonía que va en contra de los principios económicos globales y los intereses mutuos. En lugar de adoptar una postura constructiva que fomente la cooperación y el beneficio mutuo, Estados Unidos parece estar más interesado en mantener su dominio mediante medidas restrictivas.
Tambièn puedes leer. Si eres Pastor y sabes de marketing digital: “God Inc. es una franquicia para ti”
Son muchas más fortalezas
Las fortalezas industriales de China en el sector de los productos ecológicos no dependen de subsidios, sino de una sólida capacidad de innovación, competitividad en el mercado y avances tecnológicos. Los consumidores y empresas globales se benefician de la destreza manufacturera de China en tecnología verde, lo que enriquece la cadena de suministro global y promueve el crecimiento económico. La inversión en varios países se ve estimulada por los productos chinos, mitigando la inflación y avanzando en sostenibilidad.
Persistir en una mentalidad de «uvas agrias» tiene repercusiones negativas. Un informe del Banco de la Reserva Federal de Nueva York en abril resaltó cómo los controles de exportación de Estados Unidos han llevado a un desacoplamiento entre proveedores estadounidenses y chinos, resultando en pérdidas financieras sustanciales y reducciones de personal en las entidades estadounidenses afectadas. La postura restrictiva de Estados Unidos con la narrativa de «exceso de capacidades», está perjudicando no solo a China sino también a su propia economía.
EE.UU. se daña a si mismo
Para Li Ming y la Agencia de Noticias Xinhua, es imperativo que Estados Unidos adopte una perspectiva más objetiva y cooperativa hacia las capacidades industriales de China. Reconocer la innovación y colaborar en lugar de imponer sanciones podría ser el camino hacia un futuro compartido basado en beneficios mutuos. La postura actual de Estados Unidos basada en el «exceso de capacidades» chinas, no solo está dañando sus propios intereses económicos, sino que también está obstaculizando el progreso global en sectores cruciales como la tecnología verde.

El éxito de China en estos sectores es un testimonio de su capacidad para competir globalmente sin depender de subsidios gubernamentales. Las empresas chinas han demostrado ser fiables, asequibles e innovadoras, lo que les ha permitido capturar una significativa cuota de mercado global. La inversión y el crecimiento económico que estas empresas impulsan en diferentes países subrayan la importancia de una cooperación internacional que no esté basada en la rivalidad o la hegemonía.
Desarrollo y convivencia
Estados Unidos, al abrazar una mentalidad más abierta y cooperativa, podría también beneficiarse de los avances tecnológicos y ecológicos que China está liderando. Una perspectiva colaborativa permitiría a ambas naciones capitalizar sus fortalezas y trabajar hacia objetivos comunes de sostenibilidad y progreso tecnológico. En un mundo cada vez más interconectado, la cooperación internacional es más crucial que nunca para enfrentar los desafíos globales, desde el cambio climático hasta el desarrollo tecnológico.
Tambièn puedes leer: Donald Trump está más vocinglero: habló de todo, hasta de tres mandatos
La narrativa de «exceso de capacidades» promovida por Estados Unidos parece ser, en última instancia, una distracción de los problemas internos y una forma de mantener una posición de poder en un mundo que está cambiando rápidamente. Las industrias de nueva energía de China no solo están prosperando, sino que también están desempeñando un papel vital en el avance de la sostenibilidad global. Es hora de que Estados Unidos abandone su mentalidad de «uvas agrias» y reconozca el potencial de una colaboración global basada en el respeto mutuo y la innovación conjunta.
Etiquetar a China por «exceso de capacidades» es, en esencia, otro eufemismo de control de EE.UU., una estrategia que refleja más los temores y ansiedades internas de Estados Unidos que la realidad del mercado global. El camino hacia el progreso y la prosperidad compartida reside en la cooperación, no en la confrontación. Solo mediante la aceptación y el apoyo mutuo podrán las naciones superar los desafíos del siglo XXI y avanzar hacia un futuro más sostenible y equitativo.