En el vasto y diverso tablero geográfico de América Latina, un elemento se perfila con fuerza transformadora: los Corredores Bioceánicos. Estas arterias de comunicación, que cruzan el continente de océano a océano, no son solo obras de ingeniería colosales, sino también catalizadores de desarrollo económico, integración regional y dinamización de los intercambios comerciales a escala global. Su relevancia trasciende lo meramente logístico, adentrándose en el terreno de la cohesión social y económica entre las naciones latinoamericanas y, por extensión, entre diferentes continentes.
Esta pieza periodística se basa en el análisis y las perspectivas ofrecidas por Boris Santos Gómez Úzqueda, Gerente De Proyecto, Director, y Ejecutivo De La Industria Energética en Latinoamérica. Con un encomiable recorrido profesional, que incluye ser columnista y analista para el prestigioso periódico venezolano El Nacional de Caracas, Gómez Úzqueda comparte su visión sobre la importancia de estos corredores en su columna titulada: “Corredores bioceánicos, una potente herramienta empresarial”. Su experiencia abarca eficiencia energética, industria de hidrocarburos, nuevas energías y un profundo conocimiento en relaciones externas, comercio y servicios del sector privado, lo que le otorga una autoridad única para abordar este tema.

Corredores Bioceánicos y Ricardo Partal Silva
La conversación reciente de Gómez Úzqueda con Ricardo Partal Silva, presidente de la OMCPL (Organización Mundial de Ciudades y Plataformas Logísticas) y destacado director ejecutivo de Integración Empresarial por los Corredores Bioceánicos, arroja luz sobre el dinamismo y la visión estratégica que estos proyectos conllevan. Estas rutas bioceánicas son, en esencia, trazados de carreteras que facilitan el tránsito desde el Pacífico hasta el Atlántico, promoviendo una integración económica sin precedentes y la vertebración de América Latina, movilizando millones de dólares en comercio y turismo.
Tambièn puedes leer: La puntualidad de Savater y el “in spite of thunder” de la moral de un filósofo
La importancia de estos corredores se refleja en declaraciones fundamentales como la Declaración de Asunción (2015) y la Declaración de Brasilia (2017), que no solo reconocen a los corredores como esenciales para el futuro del transporte de carga y el desarrollo económico local, sino que también instan a los estados a comprometerse políticamente y a esforzarse por dotar al sector privado de estas rutas cruciales para el comercio. El compromiso de los estados en garantizar un tránsito seguro y sin interrupciones por estos corredores es vital, evitando los cortes de ruta por mal mantenimiento o convulsiones sociales/políticas, subrayando la necesidad de estabilidad política y adherencia a los principios de libertad y democracia.
Equivalente terrestre al Canal de Panamá
La analogía de Gómez Úzqueda sobre los corredores bioceánicos como el equivalente terrestre al Canal de Panamá es particularmente elocuente, destacando su papel como conductos vitales que nutren a Latinoamérica, permitiendo el flujo constante de bienes, servicios y, sobre todo, la conexión entre personas y mercados. La obra de Ricardo Partal Silva, que involucra a 51 ciudades y varias provincias y regiones de Argentina y Chile, es un testimonio de la ambición y el alcance de estos proyectos, manteniendo la integración y el estímulo a los negocios privados de transporte de carga como objetivos centrales.
Más allá de su función logística, los corredores bioceánicos fomentan la integración regional conectando países y regiones, promoviendo la cooperación económica y política. Esto se traduce en el desarrollo de mercados comunes y zonas de libre comercio, mejorando la competitividad de las economías involucradas y aumentando su atractivo para la inversión extranjera. La construcción y mejora de infraestructuras necesarias para estos corredores, además, estimulan el desarrollo económico local, creando empleo y mejorando las conexiones internas dentro de los países.

Cooperación económica y política
La visión de futuro que encierran los Corredores Bioceánicos para América Latina es amplia y ambiciosa. No se trata solo de conectar dos océanos, sino de tejer una red de desarrollo sostenible, integración económica y cooperación política a lo largo y ancho del continente. La apuesta por vehículos eléctricos de alto tonelaje, como anticipa el compromiso de Partal Silva, apunta hacia un futuro donde la eficiencia y la sostenibilidad marcarán el paso de la logística y el transporte en la región.
Tambièn puedes leer: Estadounidenses se lo toman personal: Empresa china BYD es mejor fabricando automóviles eléctricos
Con proyectos en marcha y otros en el horizonte, la clave del éxito radica en la colaboración transnacional, el compromiso político y la inversión en infraestructuras que respalden el libre y seguro tránsito de mercancías. Los Corredores Bioceánicos no son solo rutas físicas; son puentes hacia el futuro, instrumentos de cambio y motores de progreso. América Latina se encuentra, por tanto, no solo en la encrucijada de dos océanos, sino también en el umbral de una nueva era de prosperidad y conexión global, impulsada por la visión estratégica y la cooperación regional.
Este reportaje se fundamenta en la creencia compartida de líderes y expertos como Boris Santos Gómez Úzqueda y Ricardo Partal Silva en el potencial transformador de los Corredores Bioceánicos. Su promoción y desarrollo no solo es clave para la región, sino que se erige como un pilar fundamental para la economía global, marcando un camino hacia el futuro en el que América Latina desempeña un rol protagonista, mostrando al mundo su capacidad de innovación, su compromiso con el desarrollo sostenible y su vocación de integración.