La ciencia y la igualdad de género podrían estar a punto de converger en un producto revolucionario: un gel que promete cambiar para siempre el panorama de la planificación familiar. Conocido como NES/T, este potencial anticonceptivo masculino no solo aspira a ser efectivo y seguro, sino que también representa un paso crucial hacia la equidad en los derechos reproductivos. La noticia de este desarrollo pone en el centro del debate una pregunta de largo aliento: ¿por qué la responsabilidad anticonceptiva ha recaído mayoritariamente en las mujeres durante décadas?
Este tema ha sido explorado recientemente por Piedad Gómez Torres, profesora Ayudante Doctora de la Universidad de Granada, quien publicó en The Conversation un artículo titulado: “Anticonceptivos hormonales masculinos: una cuestión de equidad”. Con sólidos argumentos, Gómez Torres destaca cómo la falta de métodos anticonceptivos hormonales para hombres refleja y perpetúa desigualdades de género en el ámbito reproductivo. Su análisis aborda las barreras científicas, económicas y culturales que han frenado el desarrollo de alternativas que podrían haber compartido, hace mucho tiempo, la carga de prevenir embarazos no deseados.
Anticonceptivo masculino
Actualmente, las opciones disponibles para los hombres se limitan al condón, con una eficacia aproximada del 87%, y a la vasectomía, que aunque es altamente efectiva, es un procedimiento quirúrgico considerado irreversible en muchos casos. Esta disparidad no solo afecta a los hombres, sino que también tiene profundas implicaciones para las mujeres. Según datos citados por Gómez Torres, cerca del 9% de las mujeres en todo el mundo no tiene acceso a métodos anticonceptivos adecuados, lo que contribuye a que casi la mitad de los embarazos sean no planificados. En este contexto, el desarrollo de un anticonceptivo masculino seguro y reversible podría transformar radicalmente la planificación familiar.
A pesar de que las investigaciones comenzaron en la década de 1970, los avances han sido limitados debido a la falta de apoyo financiero y la indiferencia de la industria farmacéutica. Según el análisis de Gómez Torres, los esfuerzos se han sostenido principalmente gracias a instituciones como el Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano Eunice Kennedy Shriver, junto con algunos centros académicos. Los gobiernos y grandes corporaciones han mostrado un interés marginal, en parte debido a la ausencia de regulaciones claras por parte de autoridades como la FDA y la EMA. Sin embargo, los últimos ensayos clínicos ofrecen razones para ser optimistas.
Hablemos del NES/T
El NES/T, un gel tópico que combina testosterona y acetato de segesterona, ha mostrado resultados prometedores. Fácil de aplicar y con efectos secundarios mínimos, este método funciona al reducir temporalmente la producción de esperma sin afectar otros aspectos de la salud masculina. Estudios preliminares indican que su eficacia podría equipararse a la de los anticonceptivos hormonales femeninos. Además, la aceptabilidad entre hombres y mujeres ha sido notablemente alta, lo que sugiere que, una vez disponible, el gel podría integrarse con facilidad en las rutinas diarias.
Tambièn puedes leer: A lo Breaking Bad: Carteles mexicanos desean sacar a precursores hechos en China de sus cocinas
Sin embargo, los desafíos no son solo técnicos. Gómez Torres señala que las reticencias culturales y los estereotipos de género también han frenado el desarrollo de métodos como este. Durante años, se ha asumido que los hombres no estarían dispuestos a asumir un papel más activo en la planificación familiar, una percepción que los datos recientes comienzan a desmentir. En encuestas realizadas en España, por ejemplo, solo un 10% de los hombres afirmó que no consideraría usar un anticonceptivo masculino, lo que sugiere un cambio en las actitudes sociales y la posibilidad de un mercado viable para estos productos.
Cremas, pastillas, de todo
Además del NES/T, otros métodos están en diferentes etapas de desarrollo. Entre ellos, destaca una píldora anticonceptiva masculina, aunque su viabilidad ha sido cuestionada debido a la necesidad de tomarla dos veces al día con alimentos. Por el contrario, el gel NES/T parece ser el candidato más cercano a una comercialización efectiva, con estudios en curso para evaluar su eficacia en poblaciones más amplias.
El desarrollo de métodos anticonceptivos no hormonales también se encuentra en fase experimental. Estas alternativas buscan bloquear esencialmente el paso de los espermatozoides o interrumpir su producción mediante el uso de geles inyectables como Vasalgel. Sin embargo, estas líneas de investigación están significativamente menos avanzadas que las hormonales y probablemente tarden años en llegar al mercado.
La comercialización de un anticonceptivo masculino no solo cambiaría las dinámicas de las relaciones de pareja, sino que también tendría un impacto positivo en las tasas de embarazos no planificados, especialmente en regiones donde el acceso a métodos anticonceptivos es limitado. Además, fortalecería los programas de planificación familiar al diversificar las opciones disponibles y permitiría una distribución más equitativa de las responsabilidades reproductivas.
Campañas de concienciación y educación
Por supuesto, la introducción de estos métodos requerirá una inversión significativa en campañas de concienciación y educación. Será fundamental desmontar los mitos que rodean el uso del anticonceptivo masculino y abordar las preocupaciones sobre su seguridad y eficacia. Afortunadamente, la experiencia acumulada con los métodos hormonales femeninos proporciona una base sólida para garantizar que estas alternativas sean seguras y bien toleradas.
Tambièn puedes leer: Lugartenientes del Cartel del Buho en Valencia se encuentran en fuga y solicitados
A medida que el NES/T y otros métodos se acercan a la etapa final de desarrollo, la comunidad científica, los responsables políticos y la sociedad en general enfrentan un momento crucial. Este avance no solo representa una oportunidad para equilibrar las cargas de la planificación familiar, sino también para promover una visión más equitativa de los derechos reproductivos. Después de todo, como afirma Gómez Torres, la equidad en este ámbito no es solo una cuestión de salud, sino también de justicia social.
En última instancia, el éxito de un anticonceptivo masculino dependerá de múltiples factores: la disposición de los hombres a usarlo, el apoyo de las parejas, la accesibilidad económica y la voluntad de los gobiernos y empresas de invertir en su desarrollo y distribución. Si estos elementos se alinean, podríamos estar a las puertas de una revolución en los derechos reproductivos que benefician a hombres y mujeres por igual, marcando un hito en la búsqueda de equidad en la planificación familiar. ¿Será el NES/T la “cremita” que cambiará para siempre nuestra forma de pensar sobre el control de la natalidad? Solo el tiempo lo dirá, pero los indicios son prometedores.
