¿Podemos seguir confiando en un modelo que ha llevado al planeta al borde del colapso?
Durante un acto oficial transmitido por Venezolana de Televisión con motivo del Día Mundial del Medio Ambiente, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, lanzó una severa acusación contra el modelo capitalista, al que responsabilizó de “haber destruido el equilibrio ecológico del planeta y contaminarlo todo, incluso al ser humano”. Su afirmación, lejos de ser meramente retórica, refleja una corriente de pensamiento creciente que vincula directamente la crisis climática global con las lógicas extractivistas, de consumo masivo y acumulación del capital.
Pero, ¿cuán sustentable es esta acusación desde una perspectiva técnica, ambiental y económica? ¿Está el capitalismo realmente en el centro del desastre ecológico actual?
“El capitalismo es incompatible con la vida”: Maduro y su crítica sistémica
En su alocución, Maduro sentenció:
“El capitalismo ha destruido el equilibrio del planeta y contaminado todas sus formas de vida. No es solo un modelo económico: es una maquinaria de muerte ecológica.”
Estas declaraciones se alinean con posiciones históricas defendidas por líderes del Sur Global, como el expresidente boliviano Evo Morales o el comandante Fidel Castro, quienes también denunciaron que el modelo capitalista internacional prioriza las ganancias sobre la sostenibilidad. Maduro además hizo un llamado a “crear un modelo económico alternativo, basado en la cooperación, la producción ecológica y la justicia ambiental”.
Evidencias científicas: ¿Respalda la ciencia esta acusación?
Según el Informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) de 2023, el 97% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero provienen de actividades industriales, transporte, energía y agricultura intensiva, todos sectores dominados por economías capitalistas.

El economista y ambientalista Jason Hickel, autor del libro «Less is More: How Degrowth Will Save the World», señala que:
“El crecimiento infinito en un planeta finito es una contradicción. El capitalismo necesita crecer para sostenerse, y ese crecimiento destruye recursos no renovables, biodiversidad y estabilidad climática.”
De hecho, Estados Unidos, China, la UE y Japón —todos potencias insertas en lógicas capitalistas— concentran más del 70% de la huella ecológica global.
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¿Alternativas al capitalismo? Experiencias y desafíos del ecosocialismo
Venezuela ha promovido el concepto de ecosocialismo, una corriente política que plantea un sistema económico basado en la producción sostenible, el control social de los recursos y el respeto por la naturaleza. Sin embargo, críticos como el analista energético Francisco Monaldi (Brookings Institution) han cuestionado la viabilidad de este modelo bajo gobiernos con economías petroleras dependientes:
“El discurso es verde, pero la práctica sigue anclada en la renta fósil.”
Aun así, movimientos internacionales como Extinction Rebellion, Fridays for Future o The Leap impulsan la idea de que no se puede combatir la crisis climática sin transformar el sistema capitalista que la generó.
El costo humano y ambiental de la inacción
Los efectos del desequilibrio ambiental ya no son una advertencia futura. Sequías extremas, migraciones por el clima, incendios forestales descontrolados, pérdida de cosechas y eventos climáticos extremos son síntomas actuales y devastadores.
Según la Organización Mundial de la Salud, el cambio climático podría causar más de 250.000 muertes adicionales al año entre 2030 y 2050, si no se toman medidas urgentes. La pregunta ya no es si el capitalismo contamina, sino si el planeta puede sobrevivir a su ritmo actual de producción y consumo.