El gomecismo tuvo su progenitor. Y se narra que cuando Juan Vicente Gómez, dictador venezolano de principios del siglo XX, falleció en 1935, la noticia se mantuvo en secreto por días para evitar disturbios. Durante 27 años, Gómez ejerció un control férreo sobre Venezuela, gobernando desde Maracay y alejando a Caracas como sede del Poder Ejecutivo. Casi un siglo después, el chavismo, que comenzó con Hugo Chávez en 1999 y continúa con Nicolás Maduro, está en el umbral de igualar esa duración en el poder.
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Las estadísticas políticas de Venezuela muestran un declive de las instituciones democráticas. Según el índice de democracia de The Economist, Venezuela ocupa uno de los últimos lugares en América Latina. «El gomecismo se consolidó en un momento en que Venezuela tenía una estructura estatal poco definida. Lo mismo ocurrió con el chavismo, que se aprovechó de una democracia frágil para concentrar el poder», dice Luis Salamanca, experto en historia venezolana.
De manera similar, la organización no gubernamental Human Rights Watch ha sido enfática en señalar que Venezuela vive bajo una «dictadura». El control de los medios de comunicación, la detención de opositores y la manipulación de instituciones son signos inequívocos para muchas organizaciones especializadas.
El gomecismo y el chavismo
No obstante, el chavismo se ha mantenido gracias a un juego político que combina populismo con control social. Mientras que Gómez estabilizó la economía a través de la explotación petrolera, Chávez y Maduro utilizaron los ingresos petroleros para financiar programas sociales masivos que, a su vez, han generado una base leal de seguidores.
Para algunos historiadores, la comparación entre el gomecismo y el chavismo es problemática. «Ambos periodos son producto de contextos históricos distintos. Mientras Gómez gobernó en un período de estabilidad global, el chavismo ha enfrentado sanciones internacionales, lo que lo hace más resiliente», argumenta Sandra Ávila, profesora de Historia en la Universidad Central de Venezuela.
El mundo de las especulaciones
En el ámbito político, hay especulaciones diversas. «No es improbable que el chavismo supere la marca de los 27 años. Maduro ha demostrado una habilidad excepcional para mantenerse en el poder a pesar de las crisis económicas y políticas», señala Ángel Oropeza, politólogo y profesor universitario.
De la misma manera, las circunstancias internacionales juegan un papel. «El chavismo tiene aliados importantes como Rusia y China, algo que el gomecismo nunca tuvo», apunta Oropeza. Estas alianzas podrían darle al régimen chavista una longevidad que el gomecismo no tuvo en su época.
El análisis del futuro del chavismo es complejo. Si bien las protestas internas y la presión internacional han escalado, el régimen se ha adaptado a nuevas formas de gobernanza y control social. Un informe del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG) sugiere que, a pesar de la inestabilidad y los retos económicos, el chavismo ha sabido adaptarse y podría, en teoría, mantenerse por un tiempo considerable.
Un escenario compartido
Aunque el chavismo y el gomecismo compartan la característica de haber dominado la escena política venezolana durante periodos prolongados, las condiciones históricas y las estrategias empleadas por cada uno son distintas. Mientras que el chavismo ha navegado en aguas más turbulentas a nivel internacional, su habilidad para adaptarse sugiere que podría alcanzar o incluso superar los 27 años del gomecismo. Sin embargo, dada la creciente presión interna y externa, solo el tiempo dirá si esta predicción se materializará.
Adicionalmente, un factor determinante en la comparativa entre la era de Juan Vicente Gómez y la iniciada por Hugo Chávez es la geopolítica contemporánea. En el siglo XXI, los movimientos políticos no operan en un vacío. El chavismo ha demostrado una habilidad notable para generar alianzas estratégicas y participar en foros internacionales que le ofrecen cierta legitimidad ante una parte del mundo. El gomecismo, por su parte, nunca tuvo que lidiar con el escrutinio internacional al nivel que enfrenta el chavismo hoy. En este contexto, el acceso a foros globales y alianzas podría ofrecer al chavismo una «segunda vida», extendiendo su permanencia en el poder más allá de lo que los indicadores nacionales sugieren.
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El futuro del chavismo está lleno de incertidumbres y desafíos, pero la experiencia histórica enseña que los regímenes, por más autocráticos que sean, siempre están sujetos a cambios imprevistos y dinámicas externas. No se puede prever con certeza si el chavismo alcanzará o superará los 27 años del gomecismo, pero lo que es claro es que su legado y su impacto en la vida política y social de Venezuela serán temas de debate y análisis durante muchos años más, sin importar su duración final en el poder.