Venezuela, una nación que ha sido testigo de episodios de tensión política de alto voltaje en las últimas décadas, está nuevamente en el ojo del huracán. Esta vez el protagonista es la ambigüedad en la que se desenvuelve la oposición de cara a las elecciones primarias del 22 de octubre de 2023.
Las elecciones primarias, consideradas como el primer paso en el esfuerzo de la oposición por presentar un frente unificado contra el gobierno de Nicolás Maduro, han sido envueltas en controversias y dilemas estratégicos. Al rechazar la oferta del CNE para participar directamente en el proceso, y al mismo tiempo solicitar su colaboración en tareas operativas, la oposición ha enviado señales mixtas que han confundido a muchos observadores.
La ambigüedad es candidata
Carlos Mendoza, historiador y profesor en la Universidad Central de Venezuela, señaló: «Históricamente, la oposición venezolana ha enfrentado desafíos al tratar de mantener una postura coherente y unida. Sin embargo, esta reciente ambigüedad puede ser interpretada como una estrategia para asegurar un proceso electoral transparente y justo. O, por otro lado, como una señal de debilidad y falta de claridad en su visión política».
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Según datos del CNE, se han postulado 13 candidatos, y más de 300.000 venezolanos en el exterior están registrados para votar en estas primarias. Con más de 40.000 miembros de mesa en formación y 3.010 centros de votación dispuestos en el territorio, la logística de estas elecciones es una tarea titánica. Sin embargo, el hecho de que la Comisión Nacional de Primaria pida apoyo logístico y operativo al mismo ente con el que ha tenido desencuentros, es lo que ha generado un cuestionamiento generalizado.
El riesgo de la opacidad
Rafael Romero, analista político, afirma que “es entendible que la oposición busque garantías en el proceso, especialmente si recordamos los cuestionamientos de elecciones pasadas. Pero es crucial manejar con cautela estos acercamientos. A corto plazo, puede parecer una estrategia lógica, pero a largo plazo podría dañar la percepción de independencia y autonomía de la oposición.»
El detalle de solicitar la habilitación de centros de votación oficiales y coordinar con ministerios clave, evidencia una necesidad de la oposición de asegurar un proceso sin mayores complicaciones. La intervención de entes militares y de seguridad para garantizar el traslado seguro de material electoral y la realización de las elecciones, también apunta a la busca de un clima de paz y legitimidad en el proceso. Sin embargo, para los electores, quienes están desanimados y estadísticamente apartados de la política, esta ambigüedad no es admisible.
Primarias desde lejos
Sin embargo, la percepción internacional también juega un papel crucial. La solicitud de la Comisión de Primaria para permitir la entrada de corresponsales y expertos electorales extranjeros, es una clara señal de la importancia de la opinión y observación internacional en este proceso.
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Gustavo González, director de la ONG ‘Observatorio Electoral Venezolano‘, mencionó: «Permitir la entrada de observadores internacionales y medios extranjeros sería un paso positivo hacia la transparencia. Pero, todo esto se ve empañado por la ambigüedad de la relación entre la oposición y el CNE. Es una situación compleja que esperamos se resuelva en beneficio de la democracia».
A medida que se acerca la fecha de las elecciones primarias, las decisiones estratégicas de la oposición serán cruciales. Entre las alianzas, desconfianzas y juegos políticos, lo que está en juego es la credibilidad de un proceso que podría marcar un nuevo comienzo para la política venezolana. Sin duda, la ambigüedad, al tener su propia casilla en este tarjetón, se convierte en un actor más en esta historia que todos esperan termine con un final democrático y justo para el país.